EL MERCADO DE ABASTOS MÁS ANTIGUO DE SEVILLA, ESPAÑA
HISTORIA
Aunque
los primeros pobladores de Sevilla llegaron hacia el 1000 a.c., no fue hasta el
siglo III a.c., con la ocupación romana, que habitaron la zona norte cercana a
la muralla de la macarena. En aquél tiempo cementerios y alguna villa.
Entre mediados del siglo V y comienzos del
siglo VIII d.c., los visigodos invaden a los romanos, y es en esta etapa en la
que se inicia la actividad comercial en este sector de la ciudad.
En el año 711 los musulmanes inician la
conquista y por el año 726 la terminan. Construyen la muralla que rodea toda la
urbe, y se experimenta una importante ocupación y urbanización en toda la zona
norte. Las dos vías de entrada por esta área, la Puerta de la Barqueta situada
en la actual Alameda de Hércules y la Puerta de la Macarena, propiciaron que la
Calle Ancha de la Feria fuera prolongación natural hacia el centro de la
ciudad. Estos factores, hicieron del territorio un importante eje comercial.
Poco antes del año 1224 el imperio almohade
comienza a desmoronarse. Y en 1248 Fernando III rey de Castilla entra en
Sevilla. Al establecerse se sirvió de la iglesia para controlar las collaciones
o distritos, fundando, a la vez, las primeras 24 iglesias católicas de la
ciudad, entre las que se encuentra la del Ómnium Sanctorum. La calle Ancha de
la feria, continuó siendo la red comercial más importan del área norte.
En la
primavera de 1254, Fernando III concede dos ferias a la urbe, una de ellas en
la calle Ancha de la Feria y llegando a rodear la iglesia. Entonces era un
mercadillo diario, hoy en día es el “Mercadillo del Jueves” y sólo es en
jueves.
A lo largo del siglo XV se potencia a la
Urbe como centro político y económico, frente al campo. Se comienzan a edificar
“Casas Principales” ‘para materializar el poder. En ésta circunscripción se
establece el señorío de La Algaba en la Plaza de la Feria, junto a la iglesia,
y se convierte en zona de vital importancia comercial y de distribución para
toda la zona norte.
Y en 1719, el ayuntamiento construye el
primer palenque o pabellón en que sólo se expendía pan, y en lo que hoy es el
pasillo de las frutas hortalizas. Y unos años más tarde se edifica el juzgado
de los señores fieles ejecutores entre el palenque y la iglesia.
A principios del siglo XIX, debido a su mal
estado, el cabildo comienza los proyectos de ampliación y rehabilitación del
palenque y la zona que lo rodea. Los juzgados, al no tener, uso, servía de
almacén para los avíos de los puestos de los comerciantes.
Se presentan varios proyectos a los largo
de todo el siglo. El ayuntamiento intenta recaudar dinero privado ofreciendo
suelo y subvenciones. La viuda del Marqués de la Algaba, cede 6000 varas de
terreno para el mercado. Una empresa madrileña se hace con la contrata mediante
concurso y, a través de, una subcontrata, comienzan las obras. Otro contratista
construye 42 cajones o módulos a cambio de la cesión del suelo que trabajaba. Se
acaba levantando el edificio, con 41 cajones, con los que dan a la fachada de
mayor tamaño. Se destina a la venta de pan, carne y chacinas; fuera, en cajones
de madera, más productos cárnicos. Y al aire libre o aprovechando los zaguanes
de los vecinos, pescados, frutas, hortalizas y huevos.
En aquel entonces el mercado ocupaba toda la
plaza de Calderón de la Barca y las calle Feria, Amargura, Guadiana y Garfio y
contenía dos fuentes contiguas a la fachada del templo y en el frente oeste del
juzgado.
Ya comenzando el siglo XX, se necesita dotar
a la zona norte de la ciudad de espacio suficiente para el comercio debido a la
llegada de la Exposición Latinoamericana de 1929, y se proyecta el trazado
regulador de la plaza, se expropian dos casas y proyectan tres cuarteladas o
pabellones más. Se autoriza la venta del mercado al cabildo 22.118 pts.
(144,95€) en 1917. Se remodela y se levantan sólo dos cuarteladas. Se resuelve
ceder a la iglesia algunas dependencias de la planta principal de la última
cuartelada, construyendo un paso elevado y directo desde el interior del templo
para su comunicación, a cambio de la demolición de los juzgados que en ese
momento era propiedad de la iglesia.
Después de la Exposición del 29, toda la zona
cae en progresivo abandono. En 1964 sufre una riada que se prolongó durante
varios días.
Y por fin en 1982, se aprueba el proyecto de
restauración y revitalización del mercado y su entorno, incluido el palacio de
los Marqueses, donde en la parte inferior los comerciantes abrieron pequeños
almacenes para los avíos de los puestos. Se tiene que apuntalar la cuartelada
colindante al templo. Se consiguen 130 m2 de la planta superior para
administración y reuniones del mercado, propiedad de la iglesia, a cambio de la restauración de todo paso.
Entre finales del siglo XX y principios del
XXI, se acometen las últimas obras de conservación, acondicionamiento,
rehabilitación y añaden la cámara de las recovas y ponen el triturador de
basura.
Cuenta la leyenda que este mercado es una
réplica exacta, en menor tamaño, de el del Salvador, que fue la segunda feria
que concedió Fernando III. Pero hay que decir que es totalmente incierta, ya
que en el Salvador nunca se levantó ningún edificio, sólo quedan restos en la plaza
del Pan de los huecos que los comerciantes abrían en la pared del la iglesia del
Salvador, para guardar los avíos de los puestos.
De esta manera el Mercado de la Feria es el
primer y más antiguo mercado fijo de abastos de toda Sevilla. Aunque del primer
edificio sólo quedan algunas paredes en el pasillo de las frutas y hortalizas,
todavía guarda la esencia de pequeño mercado de una ciudad que un día no fue
tan grandiosa y esa aura familiar que obliga a volver.
Ahora sigue siendo un mercado, pero también tiene
algunos bares y algo más. Y es lugar de encuentro entre los del barrio y los
fuera, los comerciantes y los clientes, los de toda la vida y los de ahora. Y
toda esta mezcla de relaciones humanas, hace de este espacio, un lugar mágico donde
se encuentra todo el mundo y se respira diferente.
Por aquí han pasado revueltas, huelgas, incendios, guerras. Pero todo esto no ha minado en absoluto el espíritu comercial de este barrio tan emblemático.Ven a visitar el mercado de abastos mas antiguo de Sevilla, no te arrepentirás
Placa conmemorativa de la remodelación de 1982. Plaque commemorating the renovation of 1982.
Es un mercado pequeño y familiar, donde puedes tomar tu cervecita al mismo tiempo que haces la compra. Hay poco de todo, fruterías, carnicerías, pescaderías, floristería, panaderías, herbolario, zapatería, tiendas de ultramarinos, electricidad y pasta fresca, heladería artesana, pescaito frito, cervezas frescas, ... Y está rodeado de comercios que implementan al mercado, como ropa de niños, zapaterías, papelería, kiosko, farmacias, bancos, ...
Ven a disfrutar de un lugar único donde se respira diferente y entrarás en el mundo de las sensaciones.
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